Le Rossignol et autres fables, Igor Stravinsky (1882 – 1971). Festival d’Aix-en-Provence, 2010.
El sábado pasado, 9 de julio, fui con mi hija Yael a la Ópera: el programa incluía “El ruiseñor” (cuento lírico en tres actos), “El zorro” (historia burlesca cantada y tocada) y algunas piezas instrumentales, poemas y canciones de Stravinsky. Genial. La dirección musical era de Kazushi Ono, con la orquesta y el coro de la Ópera Nacional de Lyon y varios cantantes solistas; la puesta en escena (de Robert Lepage) era espectacular: una piscina, marionetas, bailarines, sombras chinas… Los cantantes se metían en el agua y cantaban. Los solistas eran muy buenos; la orquesta, también. Los aplausos para los solistas, como de costumbre, fueron desproporcionados comparados con los aplausos para la orquesta. ¿Qué hace un cantante sin la orquesta? Stravinsky es unos de mis compositores favoritos. Nunca deja de impresionarme.
Lo peor: el olor a dinero y los ridículos trajes de gala de la mayoría del público.
Lo mejor: la música de Stravinsky, las piruetas de los bailarines y la compañía de mi hija Yael.
Antonia Tejeda Barros, Aix-en-Provence, 18 de julio de 2010